Perdí a Helena cuando solo tenía dieciocho años. Desde entonces mi vida fue un infierno, y me refugié en los estudios y en mi trabajo para superarlo. Pero un día todo cambió para siempre: una luz se abrió para iluminar mi futuro.
Esta es la historia de mi vida, y de cómo perdí lo que más quería cuando menos lo esperaba. Helena se había ido. Y mi juramento era claro: jamás volvería a amar a mujer alguna, excepto a ella. Y el destino tiene a veces caprichosas formas de convertir los juramentos en realidades que nunca podríamos llegar a concebir, ni mucho menos imaginar...