La Detective de Delitos Económicos del Primer Precinto de Nueva York, la iraquí-americana Samira Meijs, ve la oportunidad que antes le habían rechazado tantas veces de pasarse a Homicidios al verse injustamente incriminada por el asesinato de un iraquí arrojado a los engranajes de la rampa de un Ferry en Battery Park. Para su total asombro y decepción, el principal acusador es su ídolo en materia de agentes de la ley, la leyenda del FBI Richard Hynreck.