En este ensayo casi-autobiográfico, el autor vuelca no sólo sus 15 años de experiencia de pertenecer a una secta destructiva de la individualidad, sino los estudios ulteriores de temáticas relacionadas y de horas de entrevistas con víctimas de cultos de adoración al líder.
La obra, aunque oscura, no deja de ser real, y se resaltan varias banderas rojas que quienes estén en un culto de este estilo, o tengan a un ser cercano que pueda estarlo, pueden detectar fácilmente para evadirse... cuando aún están a tiempo.
Si algún incauto piensa que un líder sectario va a estar vestido de bata ceremonial con un altar donde practique rituales religiosos de dudosa procedencia, no puede estar más equivocado: las sectas vienen en todas las presentaciones y con todos los disfraces. Esto mismo es lo que las hace tan eficaces a la hora de captar adeptos que les permitan properar en el tiempo.