Una trama sencilla que recupera y reinterpreta el mito del wendigo. El ambiente, necesariamente opresivo, añade matices a una historia que busca tocar la fibra del terror más clásico: la noche, la muerte y aquellas cosas que se quedan en la oscuridad, lejos de la luz.
Un relato sin relleno y de lectura envolvente. Hacía tiempo que no conseguía un efecto de inmersión tan bueno.