Me acerque a este relato, prólogo de una obra mayor, atraído por los comentarios tan elogiosos que circulan por las redes. Si bien la historia de fondo mantiene el interés (aunque resulta demasiado corta y lineal, pecados soslayables por su misma condición pulp), resulta decepcionante el desarrollo basado en comportamientos tópicos y muy forzados (en apariencia: tal vez la historia a la que prologa diluya esta primera impresión).
Lo que encuentro más deplorable son esos errores gramaticales (leísmos e imperativos, por ejemplo) y, me atrevería a afirmar, ortotipográficos que deslucen la obra y rompen la ilusión de profesionalidad que envuelve a esta editorial. Pero, tal como está el panorama, torres más altas caen todos los días.
En definitiva, no está a la altura de las expectativas que me creé tras leer comentarios y valoraciones, pero se deja leer. No descarto volver a acercarme a obras de este autor y esta editorial, pero me temo que pasará un tiempo antes de que me lo plantee.