Poemario de Juan Andrés Pastor. "Como una sirena que me abraza" demuestra que si a un poeta le das un mueble, hará un árbol.
Son sesenta y dos poemas, que aseguran que si el beso es la mínima expresión del amor, el verso es su realidad.
Descripción larga
Sir proviene del persa "canto", en hebreo es la misma palabra, y "kimaira" tiene su origen en el sánscrito para significar quimera. Es preciosa una palabra que en tres sílabas es capaz de atesorar la quimera y el canto. Muy pocos términos, por sí solos, pueden presumir de ser un poema. Sirena es uno de ellas.
Antes de ser mitad mujer y mitad pez, las sirenas fueron un bello rostro femenino, en un cuerpo de ave y con cola de serpiente. Perdieron las plumas al retar a las musas en una competición de canto que no ganaron.
Las sirenas viajan al lado de la poesía, lo han hecho desde siempre, lo harán y lo siguen haciendo, porque son seres eternos que viven el presente, igual que lo hacen los versos.
Existen por lo mismo: porque saben (sirenas y poemas) que la vida no es suficiente, y aunque tienen memoria, ellas, la poesía y aquellos mortales que las hemos abrazado, sabemos que si el pasado fue bueno duele en su recuerdo, si fue malo, evocarlo nos hará llorar; solo el abrazo y la poesía son presente. Es lo único que existe; igual que aquella sirena que abracé.