El temblor es sin duda el mayor beneficio que la palabra escrita transmite al corazón cuando esta se lee o se pronuncia. Puede ser, por lo tanto una voz, dicha a tiempo, en su momento y también en el lugar preciso. Este lugar es ahora Valdepeñas. Una ciudad que hemos conocido hace muy pocos meses, cuando camino del sur decidimos hacer parada y fonda con el fin de saludar a unos amigos. Al descender del coche nos encontramos con poemas trepanando marquesinas, con estatuas de vates, plazas nuevas rizando en los sonetos la sombra de un verano que llegaba, detrás de los paraguas, como si fueran a llovernos encima versos nuevos.
Y eso es lo que pasó, y hoy arrecia este temporal de sensaciones en las que la emoción es la primera, porque el arte solo lo es si emociona y es capaz temblar desde dentro. Se asegura que un pueblo que no tiene poetas no es de fiar, aquí hemos ganado confianzas tan firmes que hacen de la palabra la ley que no se rompe.
Indestructible lazo este que engarza poesía, amor, la imagen cotidiana de aquello que nos encuentra a cada paso y hace en el eco del museo obra de arte y de beso para pisar la calle nuevamente, paseando la rima y la sorpresa.
Debe de ser así en una tierra que es capaz de regalarse estrofas como quien va a la calle en busca del sol sin edad que te acompaña.
Existen libros que siguen recogiendo los misterios velados en las inciertas páginas de una cábala mística, otros lo son por encerrar hechizos, dictados a profetas, sociedades secretas, ritos que se han perdido. Alguno hay escrito en caracteres con la vieja memoria de quien sabe leer y no recuerda. Nada tiene que ver este cuaderno con esos sortilegios, porque este libro, que empiezas a hojear, no necesita trucos al disponer de magia, de luz, de verdad, de palabra, de ley, de compañía.
Un libro que regala una ciudad que es poesía desde mucho antes de existir la palabra contenida en el valle, en la montaña, en el paisaje exacto de la vida. Poesía de hoy para brindar mañana y cada día.
Los autores son: Juli Álvarez, Blanca Aparicio, Carlos Barrajón, Joaquín Brotons, Victoria Camacho, Pedro A. Cordel, Sheila Delgado, Elena Díaz, Cristina Galán, Aurora Gómez, Juan J. Guardia, Antonio León, Juana Marín, Jesús Martín, Fernando Mtez de Carnero, Tomás Megía, Juan A. Pastor, Rosa Peñasco, Teresa Sánchez, Carlos Utrera. El prólogo es de Matías Barchino y el epílogo de Jesús Barrajón.