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Fiat Lux, el inicio

Fiat Lux, el inicio


Valientes 2



Colección: Valientes 2
Idioma: Idioma: es español
Palabras: 42000
Páginas: 186
Libro
libro físico
20,00 €


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Fiat Lux, el inicio


En el transito del tiempo que nos vive, hemos perdido el placer del viaje en el sentido original que encierra el laberinto desde el primer paso que damos camino de una revelación que nos espera. Se trata, en definitiva del por qué, hablamos del sentido, no tanto del destino. Porque viajar solo es un tránsito desde nosotros mismos o no es nada. La prisa por alcanzar un destino que parece prometer soluciones nos ha perdido. Hemos olvidado que el primer y último signo del periplo es, y debe seguir siendo, el signo interrogativo que nos mueve. La duda, la pregunta, la necesidad y el conocimiento ha sido, desde siempre, el combustible sabio que ha movido los pasos, la voluntad y la certeza de cada caminante.

El ser humano ha podido alcanzar los grandes destinos gracias a la férrea necesidad de seguir formulándose preguntas, caminando al lado de la duda. Así se iniciaron las grandes y pequeñas peregrinaciones.

Siempre hemos buscado una revelación detrás de las ciudades, los tempos, las gestas de los héroes antiguos nos han llevado por geografías místicas, recorriendo leyendas y velados significados prometidos. Muchas veces la peregrinación tiene por objeto lugares naturales: ríos, montañas, cavernas…

Eleusis, entre los griegos, estaba santificada por la entrega de las espigas que había hecho Demeter a Triptolemo y por la dolorosa búsqueda de su hija Persefonea. A Delfos acudían más allá de Grecia quienes en el oráculo de Apolo buscaron un sentido. Krisnha como octava reencarnación de Visnú nació en Mathura y allí siguen acudiendo los hindúes. La tumba de Confucio, La Meca de la revelación y Medina donde descansa en su tumba un gran profeta…

Todos son lugares sagrados donde el hombre sigue buscando respuestas necesarias.

Aún seguimos buscando y nunca nos vamos a detener. Es necesario proseguir en pos del conocimiento que nos rodea. Porque no todo es lejano, está aquí, a nuestro lado: mirándonos, esperando. Y da lo mismo iniciar este viaje en un lugar lejano o próximo, porque el destino de todo es uno mismo.

Lo sobrenatural dignifica eleva lo natural, no lo destruye. Está por encima de cada religión porque ésta no despoja al hombre de su propia naturaleza. No es de extrañar que en el modo de manifestar los sentimientos, las tendencias naturales coincidan en una o en otra religión. Siempre ha sido lo de menos, aunque ahora convendría hacerlas coincidir tanto en lo necesario como en lo importante.

En esta guía de viaje que Santiago Guerrero nos plantea vamos a recorrer geografías interiores que despertarán necesidades y preguntas. Puede que hallemos alguna respuesta que nos haga formular nuevas cuestiones. De ello se trata, hay que hacer de la búsqueda una compañía acostumbrada y da igual por donde comencemos.


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