Los demonios de la memoria

Libro de poemas muy recomendable
-Advierte, Sancho –dijo don Quijote-, que entre sus líneas enigmáticas, ni escatima emociones ni guarda términos de razón y tiene la misma pasión que el amor contiene.... Libro de poemas muy recomendable
-Advierte, Sancho –dijo don Quijote-, que entre sus líneas enigmáticas, ni escatima emociones ni guarda términos de razón y tiene la misma pasión que el amor contiene. La bella dama, Gemma Córdoba, así acomete sus gigantes emociones, cual castillos surgidos del mismo averno. Cuando leas sus versos, tomará entera posesión de tu alma, pues lo primero que hará será despojarte de tu templanza de caballero, y te subyugará en el inabarcable territorio de sus dominios.
-Paréceme –respondió Sancho-, que vuestra merced ha caído en el embrujo de los hechizos inmisericordes de esa maga malagueña. Acuérdese que el amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento.
Tras ésto, mirando receloso el misterioso libro que don Quijote acababa de ofrecerle, bajó torpemente de rucio cayendo de bruces junto al poemario Los demonios de la memoria. Y sin hacer muestra de la contención propia de sus palabras, ávido, comenzó la lectura.
"La pluma es lengua del alma, cuales fueren los conceptos que en ella engendraron, tales serán sus escritos".
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Gemma Córdoba, nacida en Barcelona (1976) pero malagueña de adopción, es pedagoga y ejerce la docencia, con un doctorado en innovación y bilingüismo, además de actriz de doblaje. Como escritora, hasta... Gemma Córdoba, nacida en Barcelona (1976) pero malagueña de adopción, es pedagoga y ejerce la docencia, con un doctorado en innovación y bilingüismo, además de actriz de doblaje. Como escritora, hasta ahora había sido autora de guiones para cortos de cine, pero con Los demonios de la memoria acaba de dar un gran salto, publicando su primer libro de poemas en el que reúne cerca de una treintena de ellos.
En el prólogo del mismo, firmado por su editor Juan Andrés Pastor Almendros, este nos advierte que «Gemma Córdoba irrumpe para devolverle al verso la espontaneidad que necesita la nueva poesía en estos tiempos del cólera. Nos presenta un primer poemario de contornos indefinidos, pero a partir de ahora reconocible por personal. La poeta pone al servicio de la comunicación, en estado puro, la absoluta libertad del lenguaje y ambas herramientas, en la fragua de su creación, templan de reflexiones y de amor lo necesario, mucho más allá de lo real y de lo posible... Estamos ante una obra poética desarmada de efectos, alejada del pedestal grandilocuente, mucho más cerca del fuego de la vida y de esa gran equivocación que a todos nos fascina. El error de todas las latitudes, el único que nos permitirá, más tarde o más temprano, recordar que hemos sido felices, y ya es bastante, el amor».
Y en efecto, Córdoba, profundiza en su corazón para hacer partícipe al lector de su amor por la vida y la belleza de sus sentimientos, unas cualidades que enriquecen su poesía y nos proporcionan paz de espíritu, a pesar de enfrentarse a unos pretendidos demonios del pasado, acordes con estos tiempos tan convulsos. Es bien sabido que la comunicación espiritual que aflora por medio de la poesía, es una de las riquezas más notables de la que podemos gozar los amantes de la literatura, y de ahí que los poetas resulten dignos de nuestra admiración y reconocimiento, por encima de las modas literarias y las épocas que les haya tocado vivir. En el caso de esta autora, no cabe duda que su creación poética es una animada e intuitiva respuesta a la condición humana que la rodea, en donde lo atávico o lo telúrico de algunas emociones relacionadas con el amor, el sexo, la pérdida del ser amado, el dejarse llevar por el paso del tiempo y un largo etcétera..., componen lo primordial de su poesía y un reto a los convencionalismos vigentes en la sociedad actual.
Esta entrega al sentido más primario de la poesía, que Gemma Córdoba cultiva a sabiendas, se me antoja muy próxima al sentir de la vieja sensibilidad andaluza y mediterránea, por la que transitaron los grandes poetas andaluces como Antonio Machado, Federico García Lorca, o los dos premios Nobel: Juan Ramón Jiménez y Vicente Aleixandre, inmersos todos ellos en ese profundo panteísmo, con un sentido atávico de la vida y de la muerte que continuamente nos remite a caminos y senderos tan antiguos como los que cruzan las tierras andaluzas y hacen palpitar el corazón de sus gentes y, muy especialmente, la exquisita sensibilidad de sus mujeres.
Y para concluir esta reseña sobre Los demonios de la memoria, señalar que este poemario debería leerse y consumirse con el mismo disfrute gozoso con el que, copa a copa, saboreamos un buen vino, lleno de aromas y matices tan gratos al paladar como a los recuerdos que nos suscitan estos demonios. David Casado Rabanal, periodista y escritor. Más

Los demonios de la memoria, de la poetisa Gemma Córdoba, es un poemario escrito con el corazón y dirigido directamente al corazón de todos aquellos que estén enamorados de la poesía.

Me ha encantad... Los demonios de la memoria, de la poetisa Gemma Córdoba, es un poemario escrito con el corazón y dirigido directamente al corazón de todos aquellos que estén enamorados de la poesía.

Me ha encantado el estilo poético de la autora, repleto de frescura y espontaneidad que rezuma belleza a raudales. Los demonios de la memoria es, claramente, un poemario de amor.

Gemma Córdoba escribe emociones que hilvana con amor en sus versos y se van introduciendo suavemente en tu alma, transportándote a un mundo de sensaciones de un colorido espectacular.

Me recomendaron este libro, lo compré hace unos meses en esta plataforma y lo releo de vez en cuando, dejándome siempre una agradable sensación de estar saboreando una bella obra de arte, por lo que lo recomiendo, sin duda, a todo aquél que quiera disfrutar leyendo poesía de calidad.

Estaré atento a las publicaciones que realice la autora porque no quiero perder la oportunidad de disfrutar con su obra.

Este libro de poemas no puede faltar en la biblioteca de cualquier aficionado a la poesía.

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