Raúl Atreides se abre paso por derecho propio entre mi lista de autores a los que me encantaría publicar si algún día logro montar una editorial.
Eternos es una novela de ciencia ficción futurista, pero es hija de su tiempo y el mejor momento para disfrutarla es ahora. Y sobre todo teniendo en cuenta que la edición en papel está al caer. No quiero desvelar nada, pero lo primero que voy a destacar es el lujo de encontrar referencias culturales y políticas que el autor ha colado con cierta maestría y dosis de humor, lo que me gana casi automáticamente.
Este libro es muy recomendable, tiene una serie de aciertos y da gusto manejarse por el worldbuilding y su evolución futurible de Madrid, del mundo y de la religión entre otras cosas. Aunque hay personajes que no me terminan de convencer (no me entran del todo o no siempre), hay otros que me parecen redondos, y todos tienen sus momentos. En conjunto, funcionan bien y mantienen el interés durante todo el libro. No es fácil conseguir eso.
La historia tiene tramas muy interesantes; de hecho, hay para varios gustos y siempre hay combustible para quemar, no se desinfla. La tensión está bien llevada, hay buenos obstáculos, motores y conflictos. Todo rueda. Hasta que se acerca el final, pero en conjunto me parece una novela estupenda, entretenida y muy bien construida en general, llena de detalles y matices (sin ser cansina con infodumping o repetitiva). La voz del autor es absolutamente genial (y cercana), es lo que pido cuando me apetece abrir un libro y despedirme un ratito del mundo. El mundo es casi tangible, el neocatolicismo está sumamente elaborado y bien pensado, el estilo es sencillo pero inteligente y nunca torpe. Y te puedes encontrar premisas familiares y pensar que vas a estar todo el rato en tu zona de confort, pero prepárate a darle vueltas a ciertas materias incómodas.
Resumen: que lo compréis, joder. Que quiero que le deis excusas a este autor para que siga ofreciéndonos más mandanga de la buena.