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Muy Señor nuestro:
Esperamos que el lugar sea de su agrado. No hemos escatimado recursos para dotarlo de comodidad y protegerlo con las últimas tecnologías.
Los últimos informes sobre su trabajo en el Ministerio son favorables. Desempeña su cometido con una dedicación difícil de encontrar. Trabajar para un ente difuso y ambiguo, de fronteras inciertas y que no agradece especialmente la labor realizada da pie, en muchos casos, a realizar el mínimo esfuerzo.
Debido a ello; debido también a su demostrada discreción y a su extraordinaria inteligencia organizadora, le hemos seleccionado para una nueva misión.
Unamuno.
Como usted bien sabrá, el Estado español, cualquier Estado dispone de estructuras preventivas de control cuya misión no es otra que garantizar su pervivencia. Pero hoy más que ayer, la monarquía está en entredicho; nuestra joven democracia requiere un cambio de gobierno cada cuatro años; los corruptos maquinan y conspiran constantemente, planificando pelotazos y métodos rápidos para enriquecerse; la prensa siempre está al acecho; la corte, en general, es un peligroso lugar plagado de dagas afiladas y espaldas temerosas, por lo que se hace necesaria una estructura vigilante y anónima que opere en la sombra e intervenga en asuntos señalados antes de que estos salgan a la luz; o que al menos sea capaz de minimizar su impacto en la siempre sedienta opinión pública. Una estructura invisible para los medios y a salvo de cualquier auditoría.
Como comprenderá, una vez mostradas nuestras cartas y realizada nuestra propuesta, usted no puede rechazarla. Debe aceptar el cargo sí o sí, y esa será la directriz bajo la cual reclutará a los miembros de la unidad: no tendrán elección. Tal vez le dé por pensar, al leer estas líneas, que nuestro modo de actuar es propio de una organización ilegal. Piense entonces también en la diferencia, que es sustancial: las organizaciones criminales trabajan por su propio interés, mientras nosotros lo hacemos por España, por el interés general de una nación.
A menudo la labor no será fácil. Le tocará gestionar situaciones críticas donde la unidad, «nuestra» unidad se convierta en el punto de apoyo de una balanza y se vea obligada a equilibrar las energías generadas por ciertas acciones con la respuesta de la sociedad civil. Deberá estar preparado para ello. Por lo demás, el grueso de su cometido consistirá en enmascarar escándalos que afecten a personalidades de la corte; disfrazar viajes privados con agendas de trabajo aptas para todos los públicos; investigar hipotéticas disidencias o movimientos secesionistas; organizar eventos que sirvan como excusa para otras actividades en la sombra por cuya naturaleza no debe usted preocuparse ni preguntar.
Todo ello le condena a una relativa soledad. Pero no hubiéramos pensado en usted de no conocer de antemano que su carácter es acorde con el puesto. Será el jefe y único enlace de la unidad. Recibirá las encomiendas y las trasladará al «jefe oficial» de Unamuno, que contará con el equipo humano elegido por usted y con todo el material necesario, sin límite de presupuesto.
Elimine esta misiva en la destructora de documentos que hay bajo la mesa. En breve nos pondremos en contacto para proponerle algunos funcionarios de valía y organizar la sede de la unidad.