La lectura es muy amena. Si bien tiene tramas previsibles, siempre te quedas con ganas de leer más y esta es la mayor cualidad que puede tener un libro. En negativo, destaco los infinitos y repetitivos errores de acentuación. La escritora debería ser más cuidadosa o hacer que se lo corríjan, porque son pueriles y molestos. También abundan errores en expresiones mal utilizadas, gramaticales...¡una pena porque rebajan la calidad de la novela!
A pesar de ello, leeré la segunda parte de la trilogía; merece la pena.