El burn-out es originado primordialmente por las exigencias y múltiples necesidades propiciadas por el estilo de vida occidental postmoderno. Su definición es amplia, compleja y difusa. Constituye un estado que se desarrolla progresivamente con niveles altos de estrés. En este caso, la persona asume demasiadas obligaciones, perdiendo las perspectivas sobre sus limitaciones y a medida que se presentan más complicaciones, intenta ser más productiva, esperando el eventual reconocimiento por parte de la sociedad.
Sherlock Holmes presenta síntomas de burn-out: tiene mal carácter, bebe, fuma y consume sustancias prohibidas, y al menos en dos relatos del canon holmesiano (La aventura del pie del diablo y Los hacendados de Reigate), queda abatido por un agotamiento extremo, lo cual obliga a su médico y asistente, el Dr. Watson, a llevárselo fuera de Londres, a áreas rurales, para que pueda descansar y recuperarse satisfactoriamente.
Sin embargo, ¿por qué Sherlock Holmes sufre de burn-out? Este síndrome de agotamiento en Sherlock Holmes es persistente y crónico, y se debe a su exceso de trabajo dominado por dos ambiciosos objetivos que no puede cumplir. Entonces, ¿cómo logró Sherlock Holmes derrotar este síndrome? La respuesta está relacionada con su nueva vida tras retirarse de su ingrata y traumática profesión de investigador privado.
Contenido:
I. Introducción
II. El síndrome de burn-out
II.1 Las complejas necesidades humanas
II.2 El egoísmo-mimetismo humano
II.3 La insatisfacción crónica
II.4 La concepción de burn-out
II.5 Las causas del burn-out
II.6 Las consecuencias del burn-out
III. La resiliencia
III.1 La concepción de resiliencia
III.2 Burn-out vs. resiliencia
IV. Estrategias para vencer al burn-out
IV.1 Estrategias y tácticas contra el burn-out
IV.2 El decálogo de una vida virtuosa
V. Sherlock Holmes sufre de burn-out
V.1 Sherlock Holmes al borde del colapso físico y mental
V.2 La aventura del pie del diablo
V.3 Los hacendados de Reigate
V.4 Las grandes frustraciones y el agotamiento extremo de Sherlock Holmes
VI. Conclusiones
VII. Bibliografía