Voy a ir directamente al gran defecto de este libro que podría hacer a más de uno pasar de leerlo: no está en papel, es más, no está en una edición de libro-objeto con ilustraciones y tipografía cuidadas que se merece el texto. ¿Algún editor en la sala? Y es que este diario entre lo surrealista y lo onírico, pasando por lo psicodélico y empapado de la mejor fantasía, se merece ser un regalo precioso que entregar en mano, sabiendo que quien lo reciba obtiene un tesoro.
Un texto breve, que se puede leer en un viaje en metro, pero que da para tardes y tardes de lectura en sillón orejero con un buen café (o similar) para paladear las palabras de este diario fabuloso al borde del abismo.
A estas alturas creo que obvia decir que es un texto con bastante lirismo, en el mejor sentido de la palabra poético, con dosis de humor, referencias, y toques estilísticos propios de un autor, D. Román Sanz Mouta, que no defrauda
Me lo disfruten.