Como primera impresión, es una obra que no tiene desperdicio.
Me ha sorprendido mucho, a pesar de ser fiel representante del estilo del autor. Tremendamente personal, introspectivo y profundo, quienes conozcan a Román, saben de qué hablo. El resto, recomiendo hacerlo, si lo que buscáis en la lectura no es una velada en la playa, sino una ascensión llena de emociones a la cumbre más escarpada.
Como Sinopsis y por no desvelar ni hacer spoiler, Intrusión trata de un grupo de amigos con un pasado oscuro, con secretos y medias verdades, y en el que dos de los integrantes buscarán la verdad, escondida en los recuerdos que tienen de sus vivencias, llegando a la raíz de las mismas en un viaje a lo más íntimo de su existencia, al interior de ellos mismos, y querrán, de paso, transformarla en beneficio propio.
Es un texto que te da la información a cuenta gotas, que entrega las claves para entender lo sucedido al final y envuelta de capas para disfrazarla. Obliga a una segunda lectura, porque en la primera lo que manda es saber los porqués y cómo van a arreglar todo ese desaguisado mental, y en la siguiente ya con la información en el poder del lector, se puede entonces centrar la atención en los matices.
Para muestra, un pequeño dato. He leído la última página y he vuelto a colocar el marcador al principio. Eso no lo consigue cualquier otro. He cerrado el libro y me he quedado mirando la portada unos segundos, para acto seguido abrir y leer las cuatro primeras páginas. De pronto, todo tiene mucho más sentido. No es que no lo tuviera antes, pero saber el destino que espera a los personajes, conocer su historia, ya resta el efecto de mi impaciencia, esa vieja conocida. Ahora quiero entrar al detalle. Descubrir en cada uno de ellos las pistas y poder descifrar todos los significados escondidos.
En la narración se percibe que el autor ha disfrutado, agobiado, sentido, etc... Así se transmite en cada palabra. Hay también momentos, muchos, muy duros, de levantar la vista del papel y pensar 'ufff... Necesito respirar'. El autor obliga, o entras en el interior de cada personaje y lo interiorizas, o no te enteras de nada, leyendo esta historia de amor, desamor y amistad sobre todas las cosas. Lo que se puede y no se puede perdonar o aceptar, lo que trasciende a la vida. Es un relato sin buenos ni malos, es vivencias compartidas, las buenas y las dolorosas, errores y un despertar. Un 'click'. Y un cambio radical de rumbo.
No es una lectura ni ligera ni apta para todos los públicos. ¿Eso es bueno o malo? Pues depende, pero eso ya lo sabe quién ha leído cualquier relato suyo, como comentaba anteriormente. No pone al lector las cosas fáciles en sus relatos cortos, aún menos en un proyecto más ambicioso, como es una novela.