españolPara Carlos, recibir tan peculiar herencia, es sólo un acto de imposición caprichosa de la vida; para Rocío, haber llegado de esa forma tan poco convencional a la vida de ese hombre, es el regalo más grande dado por Dios, y lo aceptará tal cual, porque sólo, y nada más que, el creador, dice la última palabra, y ya la ha dicho: ¡Ámense!
Para llegar a este mandato, deberán sortear obstáculos tan fuertes como la misma naturaleza, hasta ir en una lucha contra sus creencias, su temor a Dios; más su amor es tan grande, y tan puro, que no se permitirá se convierta en una afrenta.
¿Por qué tendrían que dudar en vivirlo? ¿Desde cuándo el amor se ha convertido en pecado? Si siendo el sentimiento más bello, no se cuestiona el origen, cómo nace, cómo siente, sólo debe de vivirse.
Nadie tiene el derecho de destruir la felicidad de nadie si, a fin de cuentas, Dios es quien dirá la última palabra. “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”.