Mientras décadas atrás la posición ecologista defendía los agrocombustibles en tanto su utilización permitía corregir los defectos de la energía fósil, la derecha asumía la “bioenergía” como una quimera ambientalista o una crítica velada al capitalismo. Hoy este orden se ha subvertido: suele ser la izquierda quien ataca y la derecha quien pondera.
Una parte de la opinión pública consciente de problemas insoslayables como las crisis energética y climática se inclina a favor de la búsqueda de energías nuevas. No obstante, resulta necesario determinar si es realizable y, algo que la lógica capitalista pretende ignorar, cuáles pudieran ser las condiciones ecológicas y sociales de la producción de tales combustibles, así como sus efectos sobre la naturaleza y las poblaciones. Por consiguiente, es preciso plantearse en qué consiste el dilema de La agroenergía: solución para el clima o salida de la crisis para el capital.
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