El mal está ahí, agazapado y al acecho, camuflado en lo habitual, en lo cotidiano, en lo insignificante…, en la desmemoria y el recuerdo; es un elemento que, a pesar de no poseer una envoltura física, no tiene nada de abstracto: es una entidad inteligente, intemporal, con un objetivo preciso, que no atiende a reglas, que se rehace a sí misma constantemente. Y que anida entre los tuyos.
José María Tamparillas lo conoce. Lleva años siguiéndole la pista. Y ha aprendido a hilar su esencia en pequeños relatos que duelen como un drama inesperado, que pesan como una maldición de familia, que estremecen como la crueldad ciega del destino.
Si te atreves, puede mostrártelo. No está lejos, en castillos polvorientos o territorios exóticos, sino aquí, a la vuelta de la esquina. Si lo acompañas en su viaje, te sorprenderá la cercanía, lo familiares que te resultan las calles por las que te llevarán sus pasos. Porque eso es lo más aterrador: que el mal campa cerca, esperando, tan solo, que alguien ose señalar su presencia... o se conforme con cerrar los ojos.
En esta segunda edición de Carne de mi carne se recogen los seis relatos originales de la antología revisados por el autor, incluido «La necesidad del dolor» (Premio Nocte 2012 al mejor relato de terror nacional) así como cuatro obras nuevas: «El sauce», «La llorona», «El sabor de la buena tierra» y «Cosecha de huesos».
Fotoilustraciones de Marifé Castejón.