El día del Apocalipsis bíblico ha llegado. Pero algo ha salido mal. Dios no ha sabido ver un fallo en el sistema: el libre albedrío de los hombres.
Las estrellas no caen del cielo, los mares no hierven, los jinetes no cabalgan... todo el plan divino se ha ido al garete y Dios no está contento. De manera que decide abandonar su creación dejando a la humanidad sola y desvalida ante un universo cuyo periodo de garantía ha expirado.
Las leyes de la física comienzan a fallar, la realidad misma pierde consistencia mientras la Muerte misma deja de matar porque su contrato ha finalizado.
El caos se cierne sobre el mundo y solo una persona entre las decenas de billones de personas que superpueblan el planeta tras el Apocalipsis fallido está dispuesta a encontrar una solución a todo este problema de proporciones bíblicas:
Michael Havock, precisamente el responsable de este desastre desde el principio.