Thálassa y Shui no quieren herir a nadie, pero cuando provocan con sus olas el naufragio de un barco saben que no puede haber supervivientes. Excepto la bruja y el ser que custodiaba. Sin quererlo, las sirenas acaban de liberar un mal inimaginable.
La forma de escribir de Sheila es muy bonita, y este relato está tan bien narrado e hilado, y te cuenta tanto en tan poco espacio, que es una delicia de leer.