Sinapsis
¡Protegedme cordura!
¡A dónde te has ido tan suelta y libertina!
Fueron las primeras exclamaciones que hilvanó mi cerebro antes de colapsar. Hubo una etapa en mi vida donde todo parecía encajar con los espacios y los huecos de mi escritorio.
Hoy, el desconcierto y el tumulto había desequilibrado aquél rincón de la casa. La insurrección había transformado su imagen y la insensatez mis emociones. La silueta divergente de sus líneas había decidido tomar unos días de licencia.
La pandemia había acelerado aquel inusitado proceso.
Las horas, los días, las semanas ya no podía distinguirlos.