En el lugar donde habita Kalén, desértico y aislado, las personas tienen prohibido leer y escribir. Él lo sabe, por eso intenta guardar su secreto lo mejor que puede. Todo cambia cuando decide regalar un poema a Suyay, su prometida, como regalo de compromiso y es descubierto. El castigo por saber leer y escribir es la muerte… o eso es lo que ellos creen. En contra de su voluntad, Kalén es llevado a la gran ciudad de más allá del desierto, el lugar donde sí se permite leer y escribir a sus habitantes. Solo que ellos no lo hacen. La ciudad ha renunciado a la creatividad, a la imaginación, puesto que para ello están los creadores, las personas encargadas de imaginar y crear historias para entretenerlos. Kalén se ve forzado a entrar en ese mundo a cambio de seguir con vida, un mundo que tal vez sea demasiado diferente a su vida sencilla en el desierto. Mientras tanto, Suyay no piensa quedarse de brazos cruzados y se embarca en un viaje a través del desierto en busca de la famosa ciudad para salvar a la persona que más le importa en el mundo. Pero ¿cómo llegar a la ciudad cuando ni siquiera sabe dónde está? Sin que ambos lo sepan, la pareja se verá envuelta en una gran aventura y en una intriga mucho más oscura de lo que imaginan.
Una novela sobre el poder de la creatividad y de la imaginación ante la adversidad.
Solo diré que me la he leído en dos días. Tiene intriga, aventuras, romance... Te engancha desde el principio y no puedes parar de leer para saber qué pasa al final. Me ha encantado!