Dos jóvenes caballeros, que han sido amigos durante toda su vida, por estar enamorados de la misma dama, doña Inés, a partir de ese momento se enfrentan y empieza a surgir el odio entre ellos.
Como consecuencia del supuesto favor que Doña Inés presta a uno de ellos, deciden los caballeros batirse en duelo y corren por las calles de Toledo buscando un lugar iluminado donde poder hacerlo sin que nadie les moleste.
Encuentran un pequeño altar en el que levemente iluminado se distingue un Cristo con una calavera y desenvainan las espadas empezando a acometerse. Pero curiosamente en el mismo momento que cruzan sus espadas se extingue la luz del candil que ilumina al cristo, que vuelve aparecer en el momento que las separan.
Sucediendo lo mismo varias veces se dan cuenta que aquello parece ser una señal que pretende que no rompan su amistad, esa que habían jurado mantener eternamente.