Una tarde de verano Watson se entera de que Sherlock Holmes no es el único que tiene esos poderes de observación y deducción. Sherlock tiene un hermano mayor que según él le supera con creces en esas facultades. Así es como Watson conoce el club Diógenes y a Mycroft el hermano de su amigo. En muchas ocasiones Mycroft ha dado a Sherlock la respuesta para el problema del que no encontraba solución, pero en esta ocasión es él el que necesita de su ayuda: un vecino suyo llamado Melas que es intérprete de griego le acaba de contar una experiencia por la que ha pasado a la que no encuentre ninguna explicación: con la excusa de necesitar sus servicios como traductor de griego le secuestraron y se lo llevaron en un coche.