Sherlock escucha divertido como le quieren encargar la búsqueda de un loco que tiene como diversión destruir bustos del Emperador Napoleón.Lo que empieza como la persecución de un supuesto loco, a medida que se va desenredando la madeja va resultando ser algo que tiene bastante más sentido de lo que en su principio podían imaginarse y en contra de la simple visión de Lestrade, que considera que ha encontrado al culpable, Sherlock va mucho más allá.