En el pueblo de Ulthar había un matrimonio al que no le gustaban absolutamente nada los gatos y hasta tal punto llegaba su odio por los pequeños felinos que no dudaban en matarlos de las formas más terribles.
En una ocasión visitó el pueblo un grupo de viajeros entre los que se encontraba un niño llamado Menes, al que la vida había dejado huérfano y tenía como único amigo que le consolara su soledad un pequeño gato negro. Pero un día su gatito desapareció.