Había una vez una preciosa casa de muñecas que pertenecía a Lucinda y Juanita. En la casa todo era diminuto, hasta las comidas, que eran todas de plástico, eran réplicas perfectas de la comida de verdad. Un día cuando Lucinda y Juanita no estaban en casa Pulgarcito y su mujer Jancamanca que eran un par de ratones que vivían al lado de la casa, decidieron entrar a buscar algo de comer, pero se llevaron una buena sorpresa.
¿Os gustaría saber lo que les pasó a los ratoncitos? Pues escuchad este Audiocuento y lo sabréis.