Lean bajo su responsabilidad: nadie dijo que los cazadores de zombis con derecho a pernada, los gorilas con graduación militar, las cucarachas extraterrestres antropomorfizadas, las reclutas salidas de un reality show televisivo, los mafiosos que privatizaron el Museo del Prado, las sargentos capaces de arrasar un parvulario con tal de matar zombis o los madrileños que lo consienten en este futuro distópico y esperpéntico fueran agradables, pero es lo que hay.
Este relato se escribió para la antología Zombimaquia II, cuyo tema eran, nada menos, que los zombis espaciales. Es el primero de la serie Solidaridad: Madrid, que transcurre en un futuro en el que Madrid ha pasado a pertenecer al sistema financiero y en concreto al banco Solidaridad.
Es el primero de esta serie y, curiosamente, el único que, dados problemas ajenos al autor y surgidos entorno a dicha antologia, nunca se editó tras anunciarse y ser este opúsculo seleccionado.
Esta es una oportunidad que deberían desaprovechar si quieren seguir cuerdos, pero si no, aqui estamos.