«Violeta, dulce» es el undécimo de los diecisiete relatos que componen «Esa gente debería saber quiénes somos y contar que estuvimos aquí (1836-1936): una novela con hipo». Se trata del segmento con el título más corto y el texto más extenso de esta saga histórica que abarca un siglo, en la tradición de «Los episodios nacionales» o «El ruedo ibérico», pero molando mucho más que estas dos juntas, dado que aquí también aparecen zombis, extraterrestres, vampiros, monstruos colosales, licántropos y demás temibles criaturas, a las que, por cierto, en diversos capítulos también se enfrentan Galdós o Valle-Inclán, además de Emilia Pardo Bazán, Rosalía de Castro, o Pablo Picasso, entre otros ilustres.
En este relato, el versátil autor se valió de los rudimentos habituales en la novela negra permitiendo confirmar a quien no lo haya hecho ya a estas alturas, lo cual no dice mucho en favor del lector, o la lectora en cuestión, que es el mejor, más importante, relevante y trascendente proyecto literario que se ha emprendido jamás en cualquier lengua.
La bella Chelito hará traer al segundo escritor más bohemio de todo Madrid a su presencia: Emilio Carrere. Es la segunda opción porque Ramón del Valle-Inclán, en los años veinte, ya anda demasiado ocupado para atender sus pedidos. En este caso, le encargará dar con una de sus coristas, desaparecida. Mientras él investiga, con ayuda del cantaor Ramón de Mairena, o los escritores de novelas baratas Coronel Ignotus y Capitán Sirius, acudiremos a la presentación del boxeador Isidoro Gaztañaga.
Por otra parte, como es bien sabido hoy, aunque entonces pocos conocían el hecho, el Conde de Romanones puso en marcha la primera productora de cine pornográfico de España para satisfacer los gustos de Alfonso XIII. En este segmento, el autor ofrece dos de los elementos que echaba en falta de la serie: matones uniformados y un monólogo bastante largo, en escenarios que van del Viaducto a la Plaza de las Ventas, todavía en construcción y haciendo noche en el barrio del literato: Vallecas. También volveremos a saber de Juan Belmonte y se aludirá a su encargo de un Tarot a Remedios Varo. El «Tarot del Reverso» tendrá importancia mas adelante, pero ahora deben concentrarse en esta excitante historia de acción, misterio y cabaret.
Se abre el telón...