Vaya por delante que no soy un experto en este tipo de relatos, pero gracias a un amigo sabedor de lo mucho que disfruto de determinadas atmósferas acabé escuchando esta historia que sorprende por su crudeza y a la misma vez por su buen gusto. Desde luego no me arrepiento.
No me extraña que el relato fuera ganador de "Terror en Voz Alta". No por lo terrorífico, sino por esa curiosa mezcla de sadismo en un ambiente distópico tan concentrado. Es algo simplemente distinto y valiente capaz de arañar sensaciones inusuales en poco más de diez minutos. Es la creación de una atmósfera -muy importante en esto la voz del narrador y el acompañamiento musical, sobresalientes- que permite una tensión que no explota con un clímax terrorífico sino más bien melancólico. Ese giro es sin duda lo que más valoro de la obra. La intranquilidad, la inquietud del que escucha, va apareciendo poco a poco y de manera inesperada, quizá por haber sabido jugar con ello desde el principio.
Historia tan inesperada como interesante, potenciada por una narración que enfatiza sabiamente cada punto clave del relato y a su vez apoyada por una música que puede despistar al principio pero que acabas comprendiendo una vez ha terminado la escucha. Sinceramente, se me ocurren muy pocas maneras de mejorarlo.