Desde que Dariel Acheron, Santo entre los Santos, acoge al niño Cai en el Monasterio de Término, los signos del regreso de los Dioses comienzan a sucederse por toda la faz de Occidente. Y mientras las familias de los DeDaanan y los Shaleedor, señores de Allesyr y Llyr, parecen decididas a no alcanzar la paz entre ellas hasta que una de las dos sea exterminada, y las nuevas generaciones no tardarán en verse atrapadas en el conflicto. Con las dos poderosas naciones al borde de una guerra continuada, el regreso de los predicadores del Dios Muerto y su enfrentamiento con la Ciencia, y la reaparición de los misteriosos Sidhri en Allesyr, parecen las piezas que harán que Occidente se vea incendiado en una guerra sin final.