«Decimos que nuestro Dios es fuente de toda misericordia, pero sabemos perfectamente que no hay un solo caso auténtico en la historia en que Él haya mostrado esa virtud. Decimos que es fuente de toda moral, pero sabemos por Su historia y por Su conducta diaria que Él no tiene absolutamente nada que se parezca a la moral…»
Estas Reflexiones de Mark Twain, quien murió en 1910, no fueron publicadas sino hasta 1963 –¡53 años más tarde!– por la fuerte oposición de su hija Clara a unos textos, parte de la autobiografía del autor, que ya entonces no eran políticamente correctos.