En esta novela se encuentra el mayor afán creador y el espíritu crítico de su autor, Remy de Gourmont, las dos pasiones que le impulsaron a explorar nuevos ámbitos literarios y artísticos toda su vida .
Esta obra es una bella fabulación, crítica e incisiva, acerca de la divinidad, el amor y la belleza, plena de poesía y de nostalgia; cargada de fantasía y de ideas en la búsqueda –siempre– de la felicidad.
Gómez de la Serna calificó a Gourmont como el más raro y olvidado de los simbolistas franceses, y lo consideró un «pornógrafo ideal».