Una pequeña joya (pequeña por la extensión). Una novela de espada y brujería de ritmo frenético, que brinda justamente lo que promete: acción, aventuras, sangre y retazos de terror muy bien dosificados, en los que se nota el buen hacer y la experiencia del autor en la literatura de género. En lo personal me ha encantado, y en mi mente no pude dejar de verla como una peli de los 80, producida por Dino de Laurentis y (¿por qué no?) protagonizada por una Tanya Roberts en su época de esplendor. Vamos, en la tradición de Conan el Destructor y El Señor de las Bestias.