Todavía no he tenido el placer de leer la primera novela de Verónica, pero confieso que, cada vez que me siento un poco desesperanzada con mi propia escritura o necesito leer algo que me encienda, recurro a esos fragmentos que subes en twitter (por favor, nunca dejes de hacerlo) y siento que de nuevo vuelvo a la normalidad.
Leerla es como beber agua en un día exhausto y caluroso, y leer este relato ha supuesto la misma experiencia. Verónica hila sus palabras pulcramente, y es casi mágico ver cómo se entretejen para dar lugar a algo que podría ser un tapiz. Sus composiciones son vívidas y una se las imagina tan bien que casi puede tocarlas con los dedos. Entras tan de lleno en el mundo que crea que no quieres salir de él.
Estoy deseando que ‘Todo lo que toques’ (o cualquier cosa que escribas, ya puestos) se convierta en novela, porque tiene muchísimo potencial para ello, y que todas las editoriales se den cuenta de que tenerte en ellas sería un privilegio.
Nunca dejes de escribir, sería como perder el corazón.