Verónica tiene un estilo muy especial. Su prosa es extremadamente cuidada, bella, se nota el cariño con el que Verónica ha escrito cada palabra. Sus descripciones son impecables, no se deja escapar ni un detalle. Las pistas que vamos obteniendo desde el principio de la narración van cobrando sentido poco a poco, cobrando sentido en las últimas páginas y haciendo explotar esa intriga que ha ido in crescendo. Este relato es una genialidad, ¡sin lugar a dudas no va a dejar indiferente a nadie!