Él vuelve a la casa que nunca creyó que regresaría. Es un trámite, nada importa ya, los motivos son tan materiales como el frío manojo de llaves que sujeta con nerviosismo. La última vez que transitó este vestíbulo, estos rellanos y este maldito hogar, él era otra persona. Lo que ahora teme es que ese lugar tan cargado de recuerdos le vuelva a cambiar; no haberse librado del yugo de una historia familiar que se resiste a morir del todo.