Bueno, me dieron algunos bangs para escribir la sinopsis de este libro. No era la cantidad que yo pedía pero si no lo hacía, una IA ebria del sur de la galaxia hubiera hecho el trabajo y no iba a permitir que otra vida sintética me quitara lo que me queda de gloria. Bueno…, otra vez. En fin, tenemos un punk de mediana edad, Cedrik Flint, un manitas de la tecnología que piensa que luego de visitar la atmósfera de un nuevo planeta, se lleva consigo algunas bacterias que a la larga o a la corta tomarán control de su vida, convirtiéndolo en una bolsa intergaláctica de enfermedades. No tiene mucha tolerancia a la convivencia y es propenso a los accidentes laborales y a veces su paranoia puede hacer que las cosas se vuelvan más difíciles de lo que aparentan, aunque aparenten cero dificultad. En su caso “0 x n” paranoia, no da cero. También, tenemos un ancistogopsio, Pollyord, que se cree el ombligo de los multiversos y podría vender a su madre si hubiese habido tal madre, porque todavía no estamos seguros de cómo se reproducen estos cerebritos con tentáculos. Lo que le sobra de inteligencia a Pollyord, le falta de empatía, y se los digo yo, que cuando lo conocí, le pedí un autógrafo para mi hijo y me dijo: “Usted disculpe, pero suficiente con que tengo que trabajar con mis dos compañeros como para también tener que ayudar a tipejos como tú y su prole”. Y luego la reina de las vagintorianas, Dagnaria, reina en desgracia, promiscua, con un apetito sexual insaciable que nada discrimina y siempre lista para desplegar la furia vagintoriana en combate. Dagnaria es una fugitiva de la justicia sacerdotal de su planeta y lanza de vanguardia y ariete demoledor del grupo de tres cazarecompensas de quienes estamos hablando. Este hatajo de desequilibrados acepta llevar a cabo las aventuras por encargo a las que ninguna otra compañía les dedicaría ni un segundo de su atención. Así que seguiremos a nuestro extraño e incompatible trío en su primera misión. Juntos deberán lidiar con un grupo de abejoders que han llegado para quitarle los huimpeas a unos nómadas interplanetarios llamados vegetabundos. Por unos bangs por los que nadie más hubiese movido un dedo, Cedrik y sus dos empleados comenzarán a labrar su renombre para bien o para mal. ¿Que qué son los abejoders, huimpeas y vegetabundos? Bueno, para eso estás tú, ¿no? Como lector te dejaré descubrirlo. Ah, sí, hay algo más. Unas cosas que se llaman Metales del Panverso, una leyenda que surgió en Glumot, un planeta famoso por generar rumores que comienzan siendo falsedades pero terminan siendo cierto en algún lugar del universo, así que, tal vez, los Nueve Metales del Panverso dejen de ser una leyenda. Pero bueno, eso es algo que se irá descubriendo a medida que la compañía de Cedrik logre permanecer junta, al menos hasta el próximo libro. Si, habrá más de un libro, así que relájate, busca tu lugar favorito de la casa para leer, aprovisionate con algún helado y/o pizza y empecemos con esto.