De todas las embarcaciones que surcan el cielo, los navíos de tormentas son los más peligrosos. Su misión es adentrarse en las tempestades para recolectar la electricidad.
Durante años, viví en un navío de tormentas. Ahora que nunca podré volver a subirme, solo me quedan los recuerdos. De entre todas mis memorias, la más especial es un encuentro extraordinario en el que me vi cara a cara con las antiguas leyendas y descubrí que no estábamos solos allí arriba.
Me ha gustado mucho, es una historia preciosa aunque me parece que el final, algo abrupto, rompe un poco el ritmo. También tiene algunas erratas que me sacaron un poco de la lectura.